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Caballero del Aire

2009 PRESENTACION DEL LIBRO

El 14 de Noviembre del 2009 “Día del Piloto Aviador Militar” a través de la Sección A-2 E.M.F.A. recibí la atenta invitación por parte del Comandante de la Fuerza Aérea Mexicana Gral. de Div. P.A. D.E.M.A. Leonardo González García para asistir al Cuartel General acompañado por mi familia. 

Cuartel General 1



Durante la visita, tras un recorrido por el museo ubicado en las instalaciones del Cuartel General fuimos invitados a pasar a la oficina del Gral. González García, lugar donde hice entrega del primer ejemplar de la publicación del libro HISTORIA MILITAR DEL GRAL. DE DIV. P.A. ALFONSO CRUZ RIVERA “CABALLERO DEL AIRE”. Así mismo sostuvimos una larga e interesante conversación en donde narramos de manera cronológica hechos relevantes de la vida militar del Gral. Cruz Rivera. En resumen se destacó lo siguiente:

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Fue el piloto más joven de su generación, pues ingresó a la E.M.A. en 1920, recibiendo sus alas y su patente de Piloto Aviador a los 17 años. Un año más tarde, en 1923 participaba en acciones de guerra en misiones de observación ametrallamiento y bombardeo en los estados de Jalisco, Guanajuato y Michoacán contra los rebeldes delahuertistas. En 1924, participó como Comandante de Escuadrilla durante la contienda en los estados de Guerrero, Puebla, Veracruz y Oaxaca. En Durango atacó a un tren con tropas enemigas; exploró y bombardeó posiciones rebeldes en Santiago Papasquiaro, así mismo, exploró y bombardeó al enemigo en San Juan del Río Querétaro.

Durante el mismo año, fue reconocido por la revista de aeronáutica militar TOHTLI, otorgándole un diploma en “Honor a la Pericia Sobre el Dominio del Aire” por sus meritorios servicios prestados a la patria en la conquista del aire.

Más tarde, durante 1929 combatió contra infidentes de escobar en Naco, Son. donde se elevaba a bombardear diariamente campamentos enemigos en la Morita, Mina de Oro San José, Agua Prieta, del Río, Cananea y Nogales; piloteando un avión Bristol Boarhound II, que le fue asignado para su uso personal por su distinguida y destacada labor como piloto de combate.

Con vuelos rasantes y en ángulo de 45 grados, ametralló y bombardeó posiciones, incluyendo el campamento de los rebeldes exponiéndose como acostumbraba al fuego antiaéreo, que en una ocasión le impactó 14 veces la estructura de su avión, habiendo quedando algunos disparos incrustados en su asiento.

Colocó una bomba en la mitad de un tren que conducía tropas enemigas. Por este acto, el 16 de Mayo de 1929 recibió el grado de Mayor Piloto Aviador por méritos en campaña además de un reconocimiento por ser un Jefe activo, enérgico y de iniciativa.

Posteriormente, durante su asignación como Jefe de la Escuadrilla Militar en la Comandancia General de Campos en 1930 realizó diversos vuelos a través de Baja California para la localización de campos de aterrizaje y de emergencia que favorecieran el desarrollo de la aviación militar y civil en esa península. Así localizó campos en San Felipe, Santa Rosalía, San Agustín, Chapala, Punta Prieta, Calmallí, Mulegé, Loreto y La Paz.

Durante la Segunda Guerra Mundial estuvo activo durante todo el transcurso de la guerra, desde Junio de 1942 hasta su término en Agosto de 1945. Primero como Comandante del 2/o. Regimiento Aéreo con el mando de los Esc. 3/o. 4/o. y 5/o.  del 1º de Junio de 1942 al 1º de Junio de 1943 habiendo dado protección en 463 viajes a 1’719,733 toneladas de combustible volando su regimiento 7,364 horas de vuelo y posteriormente, como Comandante del 2/o. Grupo de Escuadrones Aéreos con el mando de los Esc. 204, 205, 206 y 207, protegió en total considerando los dos periodos anteriores 704 viajes de barcos que transportaron 3’361,521 toneladas de combustible, habiendo realizado un total de 9,976 horas de vuelo que efectuaron los elementos a sus ordenes.

Durante la guerra el Cnel. Alfonso Cruz Rivera participó activamente volando en misiones y sorteándose con sus pilotos para realizar su turno de vuelo. De esta manera, motivó a su personal para volar a 160 km. mar adentro en mono motores; práctica nada usual en aquellos tiempos. Con esta participación el Gral. Cruz Rivera sumó un total de horas de vuelo en campaña, no superado por nadie hasta el momento de su retiro.

Meses después de haber sido decretado el término del estado de guerra en México, se le incorporó el escuadrón 201 al 2/o. Gpo. de Esc. Aéreos, compuesto por los Esc. 204, 205, 206 y 207, por lo que el Cnel. Cruz Rivera llegó a tener bajo su mando 2/3 de la fuerza militar operativa disponible durante la época.

Ocupó prácticamente todos los puestos de mando de manera progresiva, ininterrumpida y por méritos: Fue Comte. de Escuadrilla, Comte. de Escuadrón, Comte. de Regimiento y Comte. de Grupo de Escuadrones Aéreos durante la Segunda Guerra Mundial. Al término de la guerra ocupó el cargo de Subdirector Operativo de la Dirección de Aeronáutica Militar  y posteriormente fue nombrado Jefe de la Fuerza Aérea Mexicana.

En Junio de 1948 ocupó el puesto de Subdirector Operativo de la F.A.M. hasta Mayo de 1953 y posteriormente, en Mayo de 1955 ocupó el puesto de Jefe de la F.A.M.

Es importante señalar que al momento de tomar el cargo, la fuerza aérea no atravesaba uno de sus mejores momentos; reducida, con cierto grado de obsolescencia y descuidada; con escasos recursos y grandes necesidades, con poco interés para recuperarla por el alto costo que esto significaba y el desinterés del alto mando del Ejército por aumentar el presupuesto de la fuerza aérea en detrimento de las unidades de tierra.

Con el limitado presupuesto asignado a la F.A.M. se adquirieron refacciones para poner en operaciones aviones que se encontraban inactivos en sus bases. De tal manera y una vez reparadas todas las unidades, estas se concentraron en el Aeropuerto Central de la Ciudad de México, logrando que 60 aviones volaran en el Desfile Militar de 1955.

Durante 1956 propuso el Plan de Recuperación, proyecto sin precedentes a través del cual se recuperaron y matricularon 30 aviones AT-6, 20 aviones AT-11, 3 aviones P-47, 1 C-47 y un B-25 que estaban dados de baja en calidad de material de desecho. Lo notable es que esta recuperación se realizó con un mínimo costo pues gracias a su insistencia ante el Presidente de la República se canceló la compra de un número reducido de helicópteros, asignando su importe a la compra de material que se requería para la recuperación del material de vuelo.

Ante el agrado del Presidente de la República Adolfo Ruíz Cortines, el desfile de 1956, presentó una formación de 81 aviones que surcaron los cielos de la Capital.

En 1957, la formación fue de 92 aviones y en 1958 una compacta y perfecta formación conformada por más de 130 aviones, habiendo cerrado el desfile con una formación sin precedentes, “las siglas de la F.A.M.” conformada por aviones  AT-6 recién recuperados, cumpliendo de esta manera con la promesa que había hecho el Gral. Cruz Rivera al C. Presidente de la República de recuperar la Fuerza Aérea Mexicana de una veintena de aviones en servicio al recibir su mando, a más de 130 aviones al entregarlo, incluyendo recuperación y reconstrucción con un mínimo presupuesto.

Se recibieron felicitaciones de altos Jefes del Ejército y del Director Gral. de Aeronáutica Civil, Gral. Alberto Salinas Carranza, pionero de la aviación en México.

El Presidente de la República le concedió el grado de Gral. de División y lo ratificó el puesto de Jefe de la Fuerza Aérea Mexicana al Gral. Cruz Rivera.

Al cambio de gobierno en diciembre de 1958, una mezcla de política e intereses y un infortunado ataque de la Fuerza Aérea Guatemalteca con aviones de pelea  P-51 a embarcaciones mexicanas, inició una campaña mediática en contra del Gral. Cruz Rivera ignorando la escasez de recursos con los que se rehabilitó a la fuerza aérea y la vocación pacifista del anterior Presidente de la República y fue removido en consecuencia de su cargo.

Durante su larga carrera militar habiendo estado activo de manera ininterrumpida durante once períodos presidenciales, nueve de ellos con asignación, recibió el reconocimiento y muestras de amistad de los Presidentes Álvaro Obregón y Abelardo L. Rodríguez quien lo llamó a su Estado Mayor y el Presidente Adolfo Ruíz Cortines que le brindó su confianza.

Recibió numerosas medallas y reconocimientos provenientes no solo de altos Jefes Militares sino de Presidentes nacionales y extranjeros.

A iniciativa del Comandante de la Fuerza Aérea Mexicana, Gral. de Div. P.A. Miguel Mendoza Márquez quien con la debida autorización del Presidente Miguel de la Madrid Hurtado rindió el único homenaje en vida que se ha hecho a un Comandante F.A.M. donde la formación aérea del desfile militar de 1986 llevó el nombre de: Agrupamiento Aéreo Gral. de Div. P.A. Alfonso Cruz Rivera.

No obstante todo lo anterior, es de llamar la atención el hecho de que hasta el momento en toda la República Mexicana no exista un solo aeropuerto que lleve su nombre para recordarlo; ni algún otro símbolo que destaque su labor.


Finalmente, considerando haber presentado en el libro Historia Militar del General de División Piloto Aviador ALFONSO CRUZ RIVERA, “CABALLERO DEL AIRE” argumentos suficientes para solicitar respetuosamente al alto mando de la F.A.M. que si de méritos se trata, entonces se divulgue esta historia entre el personal y de considerarlo apropiado, se designe una Base Aérea Militar que lleve el nombre del Gral. Alfonso Cruz Rivera para perpetuar su nombre dentro de la institución y de esa manera sea recordado por las nuevas generaciones este valeroso, leal y productivo elemento del Ejército Mexicano.

La reunión con el Gral. González García culminó con la entrega de una litografía mostrando en vuelo una formación de aviones sin precedentes: 33 aviones North American AT-6 formando las siglas de la F.A.M. durante el desfile militar de 1958.

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Durante la misma visita, se hicieron llegar tres ejemplares del libro, uno de ellos al Secretario de la Defensa Nacional Gral. Guillermo Galván Galván, otro al Jefe del Estado Mayor Presidencial y por conducto del Secretario del Jefe del E.M.P., al Presidente de la República Felipe Calderón Hinojosa.



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